NO PUEDO SEGUIRTE
No puedo seguirte papá, no quiero
guiarme por tu huella al final del
sendero
Casi desde un principio, soltaste mi
mano
y me dijiste los pormenores
que encontraste a éste o aquel lado
del camino
me previniste de sorpresas
desagradables
pues tú siempre ibas delante,
recibiéndolas
Tan ocupado ibas librando sortilegios
que me perdiste mucho tiempo de vista,
y volteaste a, donde pensabas, yo
seguía
sólo para no encontrarme;
y me buscabas con cierta desesperación
cuando yo me la pasaba jugando a las
escondidas
Dentro de mi juego, yo seguía buscando
variantes que le dieran nuevo rostro a
éste:
también creí perderme
Había pasado tiempo desde la época
en que ansiaba, con cierto entusiasmo,
mirarme al espejo y verte ahí,
parado enfrente mío con una sonrisa:
...te dejé de enfocar por momentos...
Se habían intercambiado los papeles
y las velocidades:
tú
regresando a lugares
que habías asegurado conocer hasta su
finitud
y yo buscando algunos nuevos, siempre
alerta
y creyendo encontrar tesoros donde
quedaban,
únicamente, montones de chatarra:
... siempre andando,
cada quien, por un rumbo propio y
solitario,
incluso hasta en sentidos contrarios
habiamos llevado nuestros restos
aprendices
Ni la corona ni las flores habían
logrado
reunirnos
al borde del camino para contemplarnos
Era demasiado dolor y éramos demasiado
egoistas
para compartirlo con alguien
El cordón que invisiblemente nos une
se ha estirado al máximo,
pero no se ha roto
como en algunos momentos he deseado
Hace unos días, por una casualidad
labrada,
nuestro resorte se ha encogido lo
suficiente
al grado de confrontarnos, rostro a
cara,
sin poder hacer nada nosotros para
posponerlo
Nos miramos, primero tímidamente,
como sonrojándonos por la falta de
iniciativa
y de encontrarnos sin máscaras
Nos miramos
y ya no soy el niño ingenuo
ni tú el guía sabio:
y nos guste o no
las diferencias casi no existen
pero de todas formas
no puedo seguirte papá, no quiero
13 de septiembre de 1999
No hay comentarios:
Publicar un comentario